Con motivo de la publicación de Historia de lo nuestro. Una nueva teoría de la pareja, las dinámicas del amor y las relaciones, la psicóloga y terapeuta Dimitra Doumpioti fue entrevistada por Gema Salgado para la revista CuerpoMente (abril 2022). Compartimos a continuación algunos fragmentos de la entrevista, que puede leerse íntegramente en pdf al final del artículo.



· Fragmentos seleccionados de la entrevista ·
¿De qué depende que una pareja funcione o no, más allá del enamoramiento inicial?
Una pareja es un organismo con dos partes, y para que este organismo funcione estas partes tienen que estar conectadas. La capacidad de conectarse con el otro es fundamental, pero también que cada uno sea una entidad diferente, que mantenga su propia identidad e integridad. Es decir: «¿Cómo puedo ser yo mismo sin perderte a ti, y estar conectado a ti sin perderme a mí mismo?» O en otras palabras, permitir la autonomía del otro manteniendo la conexión, y a la vez fomentar la conexión sin perder la autonomía. Son dos fuerzas antagónicas pero complementarias y absolutamente necesarias para que la pareja funcione.
A los jóvenes de hoy les cuesta crear vínculos duraderos. ¿A qué cree que se debe que en general primen las relaciones de usar y tirar?
Hay varios factores. Por un lado, cada vez damos menos importancia al arte que es el relacionarse y no reconocemos el enorme peso que tiene la capacidad de relación sobre nuestro bienestar. La ansiedad, la depresión, todo el malestar humano está relacionado con otros seres humanos, porque no tenemos otros depredadores. Es decir, nuestra jungla y lo que nos hace sufrir son otros seres humanos. Sin embargo, no hemos aprendido a relacionarnos. No sabemos protegernos y conectarnos, y son habilidades que enseñamos poco a nuestros hijos e hijas.
Luego se ha dado mucha importancia a la autonomía, a la integridad del yo. Eso no es malo en sí: la parte tiene que ser diferenciada para poder conectarse y es importante mostrar al otro que uno es independiente… Pero hemos sobrevalorado la autonomía y no hemos valorado el ser dependiente, el poder conectar, el poder de la relación. Ahora, cuanto más independiente soy, más valor tengo, y paradójicamente buscamos la relación alejándonos de ella. En mi opinión los jóvenes lo tienen más difícil porque tienen que ser «guays» y mostrar a la vez que la relación no les importa. Siento que hay mucha sensibilidad entre ellos, pero que se conectan menos con la humanidad, la literatura, la filosofía, para ver cómo ha funcionado el ser humano y cómo ha llegado hasta aquí.
Las relaciones piden esfuerzo, y más aún si no se tienen herramientas para manejarse en ellas.
Dimitra Doumpioti
¿Cómo mejora uno en el arte de relacionarse?
Las dinámicas relacionales se parecen un poco a las artes marciales. Se trata de mantenerse en movimiento «bailando» con el otro, sin perder el equilibrio y sin hacerse daño, ni a uno mismo ni al otro. Para conectarse desde un lugar más profundo, los egos deben sentirse cómodos, capaces y seguros.
Desde mi punto de vista, la importancia de esto, de poder construir buenas relaciones y de saber manejarnos en ellas, es crucial. Tenemos que darnos cuenta de ello y prestar atención a las personas que son significativas para nosotros, porque al final de nuestros días lo único que habrá importado son nuestras relaciones, nada más. Hablo de cómo podemos estar en paz con los padres que hemos tenido, por ejemplo.
En su libro apunta que tras muchos problemas de salud mental hay problemas de relación…
En efecto, ahora los neurocientíficos están viendo lo que los psicoanalistas y los psicólogos relacionales llevamos tiempo constatando: la importancia del contexto, sobre todo en las primeras vivencias. Se está demostrando que no hay nada que impacte más en nuestro cerebro que nuestras relaciones. […]
¿Cómo debería ser una relación familiar sana, que ejerza en el niño un impacto positivo?
Para mí, lo primero es saber que uno no lo va a hacer bien y aceptarlo. El querer hacerlo bien hace a veces no ver al hijo, ver al «cómo voy a ser un buen padre», y uno se agobia por eso. No hay que agobiarse. Todos fallamos por mucho que nos esforcemos. Hasta el mejor psicólogo falla haciendo de padre.
Lo importante es estar ahí, hacerlo lo mejor que se pueda, mostrar interés, compartir, crear momentos bonitos y disfrutar todo lo posible, ya que al final eso es lo que más importa. Nuestro bienestar, el de nuestros hijos y el valor de nuestras vidas depende, en gran medida, de la cantidad de experiencias que vivimos plenamente, jugando, disfrutando y compartiendo.
