La doctora Esther Secanilla, autora de Supermentes. Reconocer las altas capacidades en la infancia (2019), presenta en 2021 la novedad Diamantes escondidos, con los testimonios de 11 personas con altas capacidades. Mientras Supermentes se centraba en la detección de la superdotación infantil y de los recursos que hay que activar para garantizar su buen desarrollo mental y emocional, en Diamantes escondidos escuchamos en primera persona las experiencias de jóvenes y adultos que se han desarrollado con altas capacidades, con mayor o menor comprensión y apoyo institucional, familiar o de su entorno. Existe un hilo invisible que une los testimonios orquestados aquí y que comparten con frecuencia las personas superdotadas: la música y la relación con los instrumentos.
Esther Secanilla acompaña cada testimonio con un apartado para conocer y comprender más a fondo algunas de las problemáticas más comunes, y una sección de consejos para familias, terapeutas, psicólogos, orientadores, profesores, pediatras y todo aquel que quiera saber cómo es el mundo interior de estas personas y cómo puede ayudarlas.
- Título recomendado en la revista Didáctica, Innovación y Multimedia (mayo 2021)
Compartimos a continuación un fragmento del primer testimonio del libro:
Diamante 1: Un arpa a la espera de un mundo mejor
Un adulto superdotado de 31 años que se ha buscado la vida.
CI 149,5 y PAS, ingeniero informático y multimedia, capitán de barco y piloto, entre otras muchas cosas.
Me gustan los retos difíciles. El violín, la viola y el violonchelo me gustan, cualquier instrumento de cuerda excepto el contrabajo, que no me gusta. Necesitas un año para aprender a tocar el violín, es un reto difícil, pero, cuando lo consigues, suena muy bien. El arpa tiene 40 cuerdas, es preciosa. Soy muy ordenado, dicen que excesivamente. No soporto las injusticias, me cabreo mucho. Si se meten conmigo, respondo, he aprendido a hacerlo. De pequeño me aburría el inglés, pero aprendí solo por el tema de la informática y a raíz de capitanía, porque le veía la necesidad; aprendí ruso solo y llegué a tener un nivel mayor que en inglés; sé algo de chino. Me gustan muchos grupos de música, pero solo una pieza de cada uno. Aprendí solo a tocar el piano con la mano derecha, aunque con la mano derecha no tengo tanta habilidad excepto en la aviación; mi padre lo hace con el piano y con la guitarra. La pronunciación es lo que mejor se me da. Profesionalmente me ha ido regular. En cuanto a parejas, ahora estoy muy bien, estoy con una persona que me quiere como soy y se interesa por cómo me siento, me apoya, pero antes tuve algunas malas experiencias, personas que se me enganchaban y chupaban, que me culpabilizaban si algo les salía mal, no me dejaban respirar. Con relación a mi familia he cerrado los ojos,´yo no quería ver nada, me resguardé en mí mismo, pues es duro que tu familia no te apoye, no quise dar importancia a muchas situaciones, me decía que ya estaba yo mismo para apoyarme. Mis padres podrían haber hecho mucho más, luego he intentado hablar con ellos muchas veces, pero para ellos todo eran tonterías. Para liberar mi mente hago mucho deporte; si no, exploto. Cada día voy al gimnasio; además de ir a la montaña, practico pala y fútbol. Si no, no estoy bien conmigo mismo ni con mi pareja. Así llego a casa tranquilo, estoy cansado, la mente se me duerme. No pienso en nada cuando estoy relajado, y lo necesito. Mi mente va a muchas revoluciones, cuesta controlarla. Ahora mismo estoy analizando muchas cosas a la vez.
Mi familia ha cerrado siempre los ojos a lo que había, lo he hecho yo solo. ¡Tonterías tuyas, ya se te pasará! Podrían haber hecho mucho más de lo que han hecho. De pequeño era así, pero no era consciente como ahora. Sabía que tenía una mente diferente pero no lo entendía. Para mi pareja ha de ser muy duro estar con una persona así. Con seis años ya conocía cualquier parte del mundo, leía muchos libros de geografía por mi cuenta. Mi madre tenía una bola del mundo y lo que hacía es ponérmela detrás y yo miraba la bola del mundo por un espejo. Yo solo la veía a través del espejo, mi madre ponía el dedo y yo sabía el país, la ciudad. Con cinco años leía perfectamente. Teníamos un libro con dibujos, los otros niños comenzaban a leer las palabras que había en el dibujo pa-ta-ta y yo leía perfectamente, de carrerilla. Siempre he sido el rarito. El colegio era muy aburrido, muchísimo, nunca me ha gustado. Quería ir porque me gustaba estar con mis amigos, pero tenía más conocimientos que los otros. Estudiaba para aprobar, pero tenía bastantes suspensos; las matemáticas, por ejemplo, me gustan, pero sacaba un cinco y ya estaba bien. Es como Einstein, él sacaba un dos o un tres. No fui fracaso escolar, pero lo rozaba. Como no me gustaba nada, no me esforzaba. Lo que más me gustaba era el patio y los bocadillos de chorizo que me hacía mi madre, pero levantarme pronto para ir y no aprender nada era muy pesado. Era muy callado en clase. El hecho de tener capacidad no significaba para mí estar por encima de ellos, de los profesores y de los compañeros, para mí el maestro o maestra era superior a mí, no ponía en evidencia a nadie, ni se me ocurría. Si me preguntaban, tampoco decía nada. Si me preguntan ahora lo digo, pero si no, ¿por qué tengo que enseñar mis cartas? No lo escondo, pero no me gusta fardar ni nada. Es un poco que la gente no se lo cree, explico todos los títulos que tengo y como que no se lo quieren creer, piensan que les tomo el pelo, por eso no quiero decir nada. Una persona joven con tantos títulos, piensan que es imposible.
Seguir leyendo el Diamante 1 (pdf)
Diamantes escondidos está disponible en papel y en ebook desde la web de Gedisa.
Presentaciones
El miércoles 24 de marzo de 2021, la doctora Esther Secanilla presentó la obra acompañada por Evelyn Campos y Catalina Florez Fuentes en un evento online que se puede consultar en nuestro perfil de Facebook.
El martes 30 de marzo de 2021, Esther Secanilla presentó la obra en la librería La Llar del Llibre de Sabadell.
La Dra. Secanilla fue invitada por el Instituto Cultural de León (México) a participar en la FENAL – Feria Nacional del Libro de León, en conversación con Fabiola Zacatelco Ramírez acerca de la detección, canalización e inclusión de niños con altas capacidades en los sistemas escolares de distintos niveles. Vídeo del encuentro en el perfil de Facebook del Instituto Cultural de León.

¿Cómo reconocer una supermente? ¿Es lo mismo hablar de altas capacidades que de precocidad intelectual o de talentos? ¿Cómo encaja el nuevo paradigma de las «inteligencias múltiples»? ¿Los profesionales y los centros educativos tienen suficientes herramientas para identificar e intervenir de forma adecuada? Y lo más importante, ¿dónde quedan l@s niñ@s y las familias? Hoy en día resulta necesario abordar abiertamente la superdotación, definir sus características, hacer un buen diagnóstico y garantizar un acompañamiento de calidad. Disponible en papel y en ebook en la web de Gedisa.
Consultar Supermentes, con sus correspondientes reportajes en prensa y entrevistas a Esther Secanilla, en esta entrada de blog.
Esther Secanilla Campo (Barcelona, 1967) es doctora por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) en psicología básica, evolutiva y de la educación, y miembro del grupo de Investigación en Infancia y Adolescencia en Riesgo Social (IARS) de esta universidad, donde ejerce como profesora. También imparte clases en la Universidad de Vic (UVIC). Colabora como docente de psicología y Educación en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), donde se licenció en Psicopedagogía. Mentora y coach acreditada por la EMCC-EIA, acompaña familias, niños, adolescentes y adultos. En su amplia experiencia ha coordinado equipos profesionales y ha trabajado en diversos Equipos de Atención a la Infancia y la Adolescencia en riesgo social (EAIA), en centros de acogida y de educación especial. Gedisa ha publicado su libro Supermentes. Se puede seguir su trabajo desde: www.menudotalento.com
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